Crece exponencialmente el número de personas que recuperan su vida en CETPAG

Irene Luna, directora del centro CETPAG, hace balance de este último año

CETPAG es un centro sanitario especializado en el tratamiento de adicciones. Irene Luna es la directora del Centro y hoy repasa cómo ha sido el 2018 en el que han trabajado muy duro con los usuarios y las familias para que retomen las riendas de sus vidas.

– ¿Qué balance hace desde CETPAG del año 2018 en lo concerniente al crecimiento del centro?

– El 2018 ha sido un año muy positivo para el centro. El número de personas que consiguen recuperar el control de su vida en CETPAG crece exponencialmente cada año. Esto no es solo un éxito individual que repercute en el paciente y en la familia de éste, sino también para nuestro centro, pues el grupo de pacientes que vamos recuperando se consolida y aumenta anualmente, lo que conlleva a que el grupo de referencia para los pacientes que empiezan cada sea más numeroso y más fuerte. Los grupos de autoayuda son un instrumento de gran valor terapéutico, tanto para los enfermos que aún están en su primera etapa de tratamiento, como para el mantenimiento de la abstinencia de aquellos más veteranos. Estamos muy orgullosos del grupo que hemos forjado a lo largo de los años que llevamos trabajando en el ámbito de las adicciones en Granada.

– ¿Ha crecido la actividad de CETPAG en este último año?

A nivel terapéutico cada año aumenta la cifra de pacientes que acuden a nuestro centro, somos reconocidos como el único centro de adicciones privado que está formado exclusivamente por psicólogos sanitarios, de manera que particulares, profesionales de la salud mental y facultativos de atención primaria, conocen de la efectividad de nuestro tratamiento y no dudan en prescribir pacientes a CETPAG.

A nivel formativo, seguimos colaborando desde el año 2015 con la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada, como centro de formación de alumnos de último curso en prácticas. Este año también hemos firmado convenio con la Universidad Internacional de Valencia, con la Universidad de Sevilla y con la Universidad Rey Juan Carlos I de Madrid, ampliando el número de alumnos que se forman con nosotros.

Por último, quiero mencionar el acuerdo de colaboración que hemos puesto en marcha durante este último año con el Centro Deportivo Wellness O2, donde trabajamos conjuntamente para la mejora de la salud integral de nuestros pacientes.

– ¿Quienes son y cuál es el perfil de cada empleado?

El equipo de atención a los pacientes de adicción está compuesto por tres psicólogos sanitarios (D. Francisco Manuel Pérez Contreras, D. Antonio José Gijón López y Dña. Irene Luna Rodrigo), un entrenador terapéutico deportivo (D. Daniel Pérez Castillo) y un psiquiatra externo. El éxito de nuestro tratamiento se basa en la estrecha relación clínico-paciente-familia, de manera que cada uno de los especialistas tiene asignada la supervisión de un número concreto de pacientes y sus familias y, aunque las decisiones sobre las pautas terapéuticas de cada uno de ellos la determina el psicólogo de referencia, dos veces por semana se pone en común cada caso para valorar la situación psiquiátrica del paciente, su desarrollo comportamental en el ámbito deportivo y los cambios cognitivos y conductuales que el paciente ha conseguido en las diferentes áreas del tratamiento, así como la situación general de cada familia. Es de ésta manera que conseguimos tener un seguimiento exhaustivo de cada uno de ellos garantizando el éxito de nuestro método.

– ¿Cómo se presenta el próximo año? ¿Algún objetivo especial en mente?

– Hasta ahora el número de pacientes crece gradualmente y esto para nosotros es sinónimo de un trabajo bien hecho a lo largo de los años y garantía de mejora para los próximos meses. El hecho de que se cumplan nuestras expectativas de crecimiento nos permite incluir mejoras en las instalaciones y en los métodos de tratamiento. Junto a la firma del convenio con el Centro Deportivo O2, que nos proporciona las mejores instalaciones deportivas de Granada para nuestros pacientes, hemos incorporado herramientas innovadoras en el tratamiento de adicciones, como es el caso de las gafas de realidad virtual, que no solo están resultando muy útiles para la exposición gradual de los enfermos a situaciones de socialización con alcohol y otras sustancias, sino también para el tratamiento de otro tipo de fobias y trastornos. En nuestro equipo la formación y el estudio en el ámbito de actuación de las adicciones es una constante para mejorar el tratamiento y garantizar la recuperación de los pacientes de CETPAG.

– ¿Crees que la salud mental está cada vez menos estigmatizada?

– Desgraciadamente no, aún nos queda un largo camino por recorrer en este sentido. Hay calificativos como loco, drogata, colgado,…. que están asociados a enfermedades muy graves de salud mental, que generan un gran sufrimiento a las personas que las padecen y a sus familias y de las que ni siquiera se atreven a hablar con sus amigos más íntimos por el miedo a la estigmatización que sufren las personas por el hecho de ser etiquetados bajo el nombre de alguna de estas enfermedades. Es triste que las personas no se atrevan a ponerse en tratamiento por el miedo a que lo reconozcan y que estén dispuestos a sufrir de por vida por no desvelar su enfermedad.

– ¿Qué pasos hay que dar todavía para conseguirlo?

– Pienso que no existe conciencia social de lo que supone una enfermedad mental y sus consecuencias. Estamos muy solidarizados con determinados sectores de la sociedad que sufren por otros motivos y lo han conseguido por los movimientos y reivindicaciones de los afectados y sus familias.

En este sentido, creo que los enfermos mentales y su entorno están bastante desprotegidos por las instituciones y solo quienes lo padecen directamente conocen esta situación. La atención psiquiátrica pública es insuficiente y las familias carecen de recursos en muchos casos para protegerse y dar la ayuda que necesitan sus familiares enfermos, pero parece que este sector no merece demasiada atención. Creo que los enfermos mentales deberían luchar por un mayor reconocimiento social como personas con necesidades especiales aún pendientes de atender, con el derecho a una mejor asistencia y desfavorecer el aislamiento y la discriminación. Si los enfermos mentales tuvieran la atención social y médica requerida, y fuesen tratados adecuadamente, muchos enfermos mentales podrían insertarse en nuestra sociedad de manera mucho más funcional, evitando delitos, mendicidad, agresiones, etc, que provocan la estigmatizaron de estos enfermos.